No vamos a sucumbir ante la pandemia

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27 de abril de 2020
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12:02 am
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No vamos a sucumbir ante la pandemia

Por: Marcio Enrique Sierra Mejía

Somos creyentes y tenemos fe en Dios, Él es fi el. El paganismo que priva en muchos hondureños y hondureñas y la poca fe, el miedo, la desesperanza, la desobediencia y la indisciplina no nos harán sucumbir ante la pandemia. Es una amenaza a nuestra existencia nacional, un peligro para todos, pero la podemos contener. No vamos a sucumbir ante la pandemia COVID-19 pero sí tenemos que hacer “cambios extraordinarios”. Yo diría milagrosos.

El Congreso Nacional debe demostrar su sabiduría e inteligencia legislativa y unirse alrededor de medidas legislativas que levanten la confi anza, la solidaridad y la economía aplicando iniciativas de ley sensatas y efectivas para rehacer el actual orden social, económico, moral, político y cultural en el que nos encontramos.

El Presidente del Ejecutivo tiene que hacer lo que tenga que hacer para aplacar la inmoralidad, el egocentrismo y la desarticulación entre actores de la sociedad y el gobierno. Buscar la integralidad, la toma de decisiones compartida con actores de la sociedad de reconocida honorabilidad, experiencia y conocimiento para enfrentarla. No se puede enfrentar la pandemia con una mentalidad encerrada en una actitud excluyente.

Hay que iniciar un nuevo y descomunal esfuerzo para encontrar las vías que eviten el desplome del sistema sanitario y el vertiginoso colapso económico, con una mayor determinación, a la que demostramos en años pretéritos ante amenazas a nuestra existencia nacional.

Los opositores al gobierno, mal hacen al pretender un país desunido y desestabilizado políticamente, más cuando necesitamos, realizar cambios sin temerlos. Tenemos que emprender unidos una lucha titánica en contra de un enemigo que no vemos pero que sí ataca velozmente cuando los ciudadanos lo permiten. La bioseguridad es lo que debemos alcanzar con disciplina, orden y humildad. Estamos en guerra y para ganarla tenemos que apaciguar los ánimos, demostrando y reafi rmando que tenemos una estrategia sanitaria contra el virus, y esto solo lo lograremos, en convivencia pacífi ca entre distintos grupos de interés y fuerzas políticas diversas. Escuchar es de sabios y unir esfuerzos es de estadista. Necesitamos lograr tales actitudes en el Poder Ejecutivo, Legislativo y Judicial. Y solidaridad de los empresarios para aceptar correcciones en el sistema económico que implique sacrifi cios temporales en sus tasas de ganancia.

Ya hemos pasado por cambios importantes en el pasado (guerras, recesiones, fl ujo de emigrantes, luchas sindicales y de los derechos civiles), pero esta lucha con el COVID-19, es totalmente distinta y más incisiva para producir cambios. No hay que temer a los cambios que tenemos que realizar para transitar a un futuro mejor y menos desigual y excluyente. Cuando Somoza le advirtió a López Arellano que Honduras caería en las garras del comunismo o cuando el ejército salvadoreño nos atacó, o cuando se produjo la catástrofe provocada por el huracán Mitch, enfrentamos el miedo y lo superamos. El COVID-19 se anuncia más complicado que todas las pruebas pasadas y también la vamos a superar. Aunque muchos escépticos y otros mal intencionados que todo lo ponderan en función de intereses político-partidaristas, subestimen la capacidad del gobierno para encontrar una estrategia certera y efi caz; los hondureños y las hondureñas en general, no debemos caer en el pesimismo y tener fe en Dios que haremos bien las cosas que tienen que hacerse. Ya estamos viendo señales de sensatez por parte de quienes tienen la autoridad para aplicar las medidas correspondientes.

El control en la rendición de cuentas ahora es más estricto, aunque todavía se plantean dudas, sobre todo, en las operaciones de compra de los insumos requeridos para fortalecer el sistema sanitario. Se sabe que hay una telaraña de redes empresariales manejadas por oligopolios internacionales muy bien orquestados en el exterior que, tienen sus tentáculos en nuestro país, para aprovechar ventajas que ofrece la crisis sanitaria y aumentar sus ganancias. La apertura a un manejo de la crisis sanitaria como que va por un camino de inclusión integral porque se van integrando honorables y conocedores expertos en el manejo de la cuestión sanitaria. No podemos actuar con irresponsable egoísmo en este campo y ser corruptos aprovechándose de la pobreza y atraso que tenemos en Honduras. Hay quienes al presidente de Honduras lo están estigmatizando y atacándole con mayor fi ereza que en tiempo de prepandemia. Lo cual, es injusto en cierto modo porque mucho de lo que le acusan es basura mediática.

Está bien tener una estrategia de comunicación, pero esta debería de tratar de captar la atención de la familia, los jóvenes y las mujeres para generar disciplina, motivación y una mayor solidaridad social en la familia, la vecindad y la comunidad. El protagonismo político mediático es lo que menos importa, pero la protección de la ciudadanía es lo que más nos debe importar.

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