LA SOGA Y LA CAMPAÑA

ZV
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21 de mayo de 2020
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12:40 am
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LA SOGA Y LA CAMPAÑA

CAPITALINOS Y EL AEROPUERTOLO DOMÉSTICO Y LA SOLIDARIDAD

SEGUIMOS de pie, con fe que, bajo el amparo divino, vamos a salir airosos. Con muy pocos ingresos batallando por pagar planillas durante la crisis cuando una buena parte de los trabajadores de esta casa editora permanecen en sus casas. Logramos con éxito alcanzar picos de lectura gracias a la entrega gratis en versión PDF del periódico escrito como complemento a la circulación en papel. La primera vez que vimos la cita fue en un artículo del gran amigo y abogado Edgardo Dumas Rodríguez. “Los empresarios van a pelearse vender la soga con que los van a colgar”. La frase es una variación de un aforismo de Lenin. “Los capitalistas nos venderán la soga con que los ahorcaremos”. Lo anterior viene como anillo al dedo al siguiente relato. Hay una diferencia de enfoque entre el apuro del sector empresarial por abrir sus negocios –muy razonable porque cerradas se desploman las empresas– y la más cautelosa reapertura que les ha propuesto el gobierno, temeroso de un rebrote.

La conclusión fue que aún cuando se ha hecho bastante conciencia, todavía hacía falta incidir en forma más vigorosa para que todos, por su propia seguridad y de las personas con quienes se relacionan, eviten el contagio. Propusieron, entonces, fortalecer la campaña de promoción de las medidas de bioseguridad –la necesidad de usar mascarillas, mantener la distancia social– hasta que hagan costumbre. A muchos nada les entra por ninguno de los sentidos. Recibimos en el periódico un anuncio –acreditado al Cohep– con el mensaje “la seguridad está en tus manos”, que comenzamos a publicar. Cuando indagaron quién pagaría la pauta, contestaron que lo pedían de cortesía y preferían que fuese una página diaria, de aquí a finalizar la cuarentena. Cómo pedirle a un entubado en cuidados intensivos que done unas pintas de sangre. No hay manifestación que este diario no publique de gratis a las cúpulas empresariales. Desde comunicados, informes del Cohep, hasta entrevistas de su presidente. Más las que ofrecen los directivos de sus asociaciones afiliadas y cámaras de comercio. Pero ello, pareciera no ser suficiente. Los empresarios que desean abrir sus negocios ligero –entendemos que sin ventas no hay ingresos– ya ratos dejaron de pautar. Pero quieren que el periódico, que es otra empresa pasando por iguales o mayores apuros, dé cortesías. Otros que no son clientes del rotativo ahora en sus aprietos quieren que los defiendan y sudemos sus calenturas.

Nos remitieron a un empresario de la costa norte encargado de otra campaña. Este nos dijo que la agencia de publicidad gastó en las redes sociales. (Bien dicho, gastó, porque allí no es inversión). El mismo espejismo. Creen –los ilusos de MKT engañados por el ruido– que si las redes llegan a un auditorio proclive a las frivolidades, morbosidad, entretenimiento, hostigamiento, ataques al poder, igual, pueden por esa vía llegarle a los muchachos y a los viejos adictos, con otro tipo de mensajes. Enorme error. Ninguna de las “chatarras de los chats o de los zombis hipnotizados en sus pantallas digitales, tiene apetito para revisar anuncios de empresas serias. Un anuncio empresarial, si es que logra alcanzar a algunos clientes, no se propaga viralmente a no ser para la burla. Ni avisos del Cohep. Son mercados distintos. Públicos diferentes. (La red sirve para deshacer imagen, pero está equivocada la muchacha de mercadeo si cree que allí hay atención alguna para anuncios de sus quesos o de su leche. Cuando los vecinos pujen por abrir otra vez las fronteras a sus productos lácteos, van a ocupar del medio convencional para hacer presión sobre el gobierno en el interés de mantener mercados cautivos. O cuando vuelvan a caer en otro brete. Igual, otra empresa que solicitó entrevistar a un ejecutivo sobre sus donaciones en esta pandemia. ¿Y no era que se bastaban solos sin necesidad de imagen institucional?). Para hacer vírico un video como pasó con el soldado TikTok, los empresarios dueños del comercio o el presidente del Cohep tendrían que salir en calzoncillos bailando el “tra-tra-tra”, promocionando su producto. La vía para ese otro tipo de publicidad son los medios convencionales, como este periódico, que llega a las élites que deciden y a un nutrido público consumidor porque ofrece notas capciosas, primicias, reportajes llamativos, material entretenido o pegajoso, noticias sensacionales, periodismo investigativo, criterios de opinión, noticias de los problemas nacionales o del mundo internacional o de interés cultural o educativo como un calidoscopio atractivo a sus fieles lectores. Donde, de paso, hojeando las páginas, se detienen a ver un anuncio. El único empresario que se hizo famoso por las redes fue “power chicken” peleando obstáculos impuestos al delicioso pollo que vende. Tanta bulla hizo que ahora es aspirante a la presidencia.

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