LA cumbre de la democracia, una iniciativa virtual que contó con 110 gobiernos invitados, ha sido como POTUS busca evidenciar que la batalla de las democracias contra las autocracias constituye un reto geopolítico esencial del siglo XXI. Ninguno de los países del Triángulo Norte recibió tarjeta. Tampoco el gobierno sandinista que –para sacarse clavos– rompió con Taiwán y entabló relaciones diplomáticas con China. Taipéi ni se olía el repentino rompimiento. “Taiwán –expresa la cancillería su “dolor y pesar” por la decisión unilateral– siempre ha sido un amigo leal y fiable de Nicaragua”. “Ha habido muchos proyectos de asistencia y cooperación a largo plazo entre ambas partes en desarrollos civiles que trajeron resultados sustanciales”. Ya solo quedan 14 países que mantienen lazos diplomáticos con Taiwán, entre ellos Honduras, Guatemala, Belice y Paraguay.
El gobierno salvadoreño, y ahora el nicaragüense, abren sus puertas a China cuando el Departamento de Estado norteamericano ha expresado clara incomodidad a la injerencia de China en la región. Pero hay más. Washington –pese a gestos de reducir tensiones con Pekín– incluyó a Taiwán entre los invitados a la cumbre de la democracia. Sin duda como señal de solidaridad a su aliado ante crecientes rumores que el gigante chino trama caerle encima. “China ha aumentado los vuelos militares cerca de Taiwán lo que hace suponer que el presidente Xi Jinping podría estar preparando una invasión en los próximos años”. “El gobierno de Estados Unidos advirtió a China de que adoptará todas las acciones posibles, tanto disuasorias como diplomáticas, para garantizar que China no se anexiona Taiwán por la fuerza”. Tanto China –por la invitación a Taiwán– como Rusia –por la invitación a Ucrania– ofendidos protestaron por haber sido desairados. (Entre los convidados también estuvieron Brasil, India, Filipinas y Serbia, pero no Turquía, pese a ser miembro de la OTAN, y quedó fuera Hungría, pero no Polonia). La otra escaramuza es entre el millennial y Washington. El subsecretario de Estado para Asuntos del Hemisferio Occidental así reaccionó a unos twitters: “Condenamos las falsas acusaciones de nayibbukele contra POTUS Biden y otros funcionarios de los EE. UU., incluyendo a la embajadora Manes y el Encargado de Negocios actual, Brendan O´Brien”. “Esos ataques injustificados buscan distraer al pueblo salvadoreño de la corrupción en la administración Bukele, y dañan la relación con los Estados Unidos”.
“Está claro –escribe Bukele, respondiendo a sanciones impuestas contra funcionarios de su gobierno– que el gobierno de Estados Unidos no acepta colaboración, amistad o alianza”. “Es sometimiento absoluto, o nada”. Resulta que, en el Día Internacional contra la Corrupción, Washington impuso sanciones, bajo la Ley Global Magnitsky, a la jefe del gabinete del gobierno salvadoreño. El Departamento del Tesoro asegura que “ordenó a varios ministros a autorizar compras que incluyen millones de dólares en mascarillas quirúrgicas y millones más en batas de hospital a empresas sin vínculos aparentes con la industria sanitaria”. Explican que “funcionarios de la administración Bukele, incluida la jefa de gabinete, supuestamente revendieron equipo de protección personal donado y otra ayuda médica con un importante margen en beneficio propio”. “Recinos estuvo asimismo a la cabeza de ‘un esquema de corrupción’ en el que las canastas de alimentos compradas por el gobierno para aliviar el COVID-19 se desviaron para el uso de candidatos específicos del partido salvadoreño Nuevas Ideas, con el fin de obtener apoyo en las elecciones municipales y legislativas de febrero de 2021”. “Las canastas de alimentos se utilizaron para obtener votos y apoyo en el período previo a las elecciones”. Las sanciones abarcan a funcionarios del gobierno guatemalteco y nicaragüense. (El Sisimite, por si las moscas, aclara que él ya días que está en la cumbre).
