Aquel cuyas filas estén unidas en un propósito, saldrá victorioso

OM
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16 de abril de 2020
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12:33 am
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Aquel cuyas filas estén unidas en un propósito, saldrá victorioso

Por Adán Hilario Suazo Molina
Coronel de Aviación (Retirado)

Han pasado más de tres semanas desde que oficialmente se anunciara el primer caso de COVID-19 en el país, el gobierno ha implementado acciones enmarcadas en nuestras posibilidades, se han ido corrigiendo errores y enmendando fallas en lo posible, pero la realidad es: estamos en una situación grave, con tendencias a catástrofe, el principal problema ha sido: nuestras filas no están unidas en un solo propósito, esa falta de cohesión desbarata cualquier planeamiento. ¡Pero! hay que entender, que aún estamos a tiempo de corregir el rumbo, para salir del problema con el menor daño posible, esta es una situación de supervivencia, en la que todos estamos amenazados a muerte.
La emergencia tomó al mundo entero desprevenido, esa es la verdad, pero no por eso nos sentaremos a la orilla del camino a esperar el fin, hay que presentar batalla con lo que tenemos, con patriotismo, amor al prójimo, inteligencia, pero sobre todo graníticamente unidos. No se necesita poseer doctorados o maestrías para entender esto, cualquiera con un poco de sentido común y amor a la vida lo comprende. ¿Qué se requiere? En un orden simple: liderazgo, que sea ejercido desde las estructuras más altas, hasta los campos operacionales y ejecutores en una cadena limpia y sin fricciones, sin imponer condiciones, intereses o tendencias; lo que hemos observado es una lucha por el protagonismo; esa misma cadena es la vía de comunicación inversa, para retroalimentar, dar ideas o señalar desaciertos.

Pueblo, conocemos nuestras fortalezas y debilidades como sociedad, somos susceptibles al engaño, débiles culturalmente e interpretamos equivocadamente el patriotismo y la obediencia, el respeto a las leyes y la autoridad es precario; esto es real, hay que aceptarlo, lograr la unidad, dependerá de nuestro compromiso y del liderazgo. Medios de comunicación, son actualmente el vínculo más importante, aceptando, que el pueblo los sigue con pasión y credibilidad, los medios son capaces de fijar una idea, mover voluntades, apoyar o destruir informaciones, contrarrestar tendencias, sucede en todo el mundo, en uno u otro grado, dependiendo de la cultura y educación de los pueblos, el apoyo espontáneo de estas empresas, en todas sus modalidades, es clave para superar esta crisis, sabemos que existen tendencias, sesgos, doctrinas, estilos y todo lo que conlleva la libertad de prensa, ¿se podrá dejar esto de lado momentáneamente?… como ya lo expresamos, es un asunto de supervivencia humana. Hay otro medio que no se puede ignorar, son las redes sociales, actualmente se estima que 92 de cada 100 hondureños tienen celular, los efectos de las redes, los conocemos y somos conscientes de su capacidad de beneficiar o destruir, para quienes utilizamos las redes, es fácil hacer un ejercicio mental, muy práctico, antes de tomar una decisión: se trata de los tamices (filtros) de Sócrates, quien ante los chismes y rumores filosofaba: “Si vas a contarme algo asegúrate que la información sea: verdadera, buena y útil”. Como para que aprendamos a discriminar, seleccionar y comprobar antes de compartir o generar mensajes, que por lo general son basura, vivimos en un medio en donde se puede modificar, distorsionar o cambiar el sentido de cualquier mensaje por medio de aplicaciones.

Sistema de salud, son quienes lideran el esfuerzo principal en esta emergencia, hoy nos lamentamos de no contar con un sistema robusto y listo para enfrentar un fenómeno de esta magnitud, ningún país estaba preparado, fallas garrafales se han cometido, se abandonó el programa del doctor Jesús Aguilar Paz, se centralizó mucho la salud pública, el Seguro Social fue saqueado, entre otros yerros; pero no hay tiempo de lamentos, los médicos están respondiendo y lo deben seguir haciendo, es su misión, se deben a sus pacientes; el protagonismo, el sesgo político, las enemistades deben mantenerse bien guardadas en estos tiempos, en sus manos están vidas de los enfermos actuales y los futuros, los riesgos de contagio para los médicos, son altos, esto es una guerra y en las batallas hay bajas y daños colaterales. Lo expresado por un médico, es para nosotros como una voz divina, les creemos y los respetamos, ellos están en la facultad de transmitir esperanza o moral, así como hacernos colapsar de estrés por una desinformación o exabrupto. Hemos escuchado, que hay médicos que amenazan con abandonar sus puestos, carencia de materiales reclaman, pero es de suponer que hay instancias y vías establecidas para hacerlo, estamos seguros de su caridad y espíritu de servicio, por amor al prójimo manténganse en sus puestos.
Citamos al legendario general chino Sun Tzu (500 a.C.), cuyo escrito “el arte de la guerra” se mantiene eternamente vigente, por ser: realista, práctico y adaptable, en uno de sus: casos para predecir la victoria, señala: “Aquel cuyas filas estén unidas en un propósito, saldrá victorioso”… lo reiteramos: solo unidos saldremos victoriosos.

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