Resentimiento político

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26 de julio de 2021
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12:02 am
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Resentimiento político

Por: Marcio Enrique Sierra Mejía

Existen ensayos sobre resentimiento político extraordinarios. Uno de los mejores lo escribió Gregorio Marañón sobre Tiberio. En este estudio. Se ve con claridad las consecuencias negativas en que puede incurrir un político resentido si llegase a tener el poder del Estado (Ayala José, febrero 2019). Cuando un candidato a la Presidencia. Sea cual fuese. Tiene su psiquis afectada por los tantos mecanismos etiológicos que estudia la psiquiatría. Su actuación al frente de los destinos de un país. Puede ocasionar daños quizá irreparables. No le conviene a Honduras un gobernante engreído. Ofensivo. Dogmático. Mendaz. Ambicioso. Cruel, doble moralidad, etc. Estas facetas en el candidato(a) pueden resultar patógenas para el país.

Los políticos resentidos mueven el odio. Y cuando actúan en la arena política. Tienden a cometer errores e injusticias de graves consecuencia para la sociedad. Desde cualquier posición que ostenten ya sea como candidatos presidenciales. Como diputados. De alcaldes o de asesores a algún candidato presidencial. Estos actores probablemente. Tuvieron muchos conflictos con sus padres en su niñez y de ahí nace el ser resentidos y tener tan compleja personalidad conflictiva. Demuestran el deseo genérico de venganza ante enemigos políticos reales o imaginarios. Son políticos que ofenden sistemáticamente con mentiras. Burlas y sarcasmos. El resentimiento nubla la crítica y la razón política. Mantiene el conflicto. Retarda los acuerdos y las posibles soluciones que la ciudadanía en condiciones de pobreza espera. ¿Hasta qué punto en nuestro país el resentimiento está obstaculizando a las ideas y a las iniciativas políticas constructivas y optimistas? ¿Será que ya existen en Honduras “partidos del resentimiento” que siem
pre están buscando culpables afuera y no en los propios errores?

Para Nietzsche. El político resentido no es franco ni ingenuo. Ni honesto. Ni derecho consigo mismo. Y Scheler argumentaba que el resentimiento es la “autointoxicación psíquica que suscita emociones e impulsos de venganza, odio, maldad, y envidia”. El político resentido tiende a la infelicidad. Para que se pudiese superar. Habría que aplicar grandes dosis de generosidad. Del don del alma con la que se nace. Que en ellos no pareciera existir. El político resentido ha caído en la auto victimización. Porque se considera víctima de injusticias.

En la sociedad hondureña. Corremos el riesgo de que lleguen al poder del gobierno políticos resentidos y que al ostentarlo. Sobrevaloren sus méritos y repudien a quienes no se lo reconocieron. Triunfar en las elecciones no les ayudará a curarse. Al contrario. Les puede agravar sus problemas. Ya se observan personajes políticos resentidos. Que fueron y son corruptos y que al salir de la guarida institucional. Sea privada o pública. Intensifican espavientos para compensar su complejo de víctima.

El resentimiento político también está relacionado con las situaciones de injusticia. Este aflora en las emociones de odio y reclamo. Dado el fuerte impulso que se le da al conocimiento de los derechos ciudadanos. Se va formando la conciencia de que los derechos son arrebatados. Esto aunado a una profunda insatisfacción individual ante la impotencia de movilidad social. Causa que las personas caigan en un estado de “rencoroso desasosiego” contra el sistema y los que resultan beneficiados en detrimento de lo propio. Expresiones como: “son una lacra nos robaron el Infop”. Reflejan el estado de ánimo del resentido. Viven en la injusticia social. Intentando conservar la dignidad en condiciones de negación y exclusión.

Bajo tales circunstancias. El hablarles de ética y moral está difícil. Son personas que ya no esperan nada del sistema político ni de la sociedad en la que están sobreviviendo. Debemos reconocer que siempre habrá diferencias naturales entre los ciudadanos. La riqueza. Las habilidades. El origen. Las preferencias. La educación. Como muy bien lo afirma el presidente del Centro de Investigación para el Desarrollo (CIDAC) Luis Rubio: “Las diferencias sociales son una parte inexorable de la historia de la humanidad y la democracia es una forma de tomar decisiones que permite a todos los ciudadanos participar de manera equitativa independientemente de esas diferencias (agosto, 2020)”. De ahí que el buen político que no actúa por resentimiento. Está obligado a adoptar políticas que contribuyan a atenuar las diferencias e igualar las oportunidades.

En Honduras. El resentimiento tiene larga data. De los pobres hacia los ricos. Y de los políticos resentidos hacia el gobierno. No tiene su origen en el presente siglo. Este fenómeno siempre ha estado presente en la historia política. Sin embargo. Lo que en los tiempos actuales está pasando. Es que los opositores políticos. Atizan con mucho más énfasis el resentimiento como instrumento de lucha política en contra del gobierno y el Partido Nacional. A partir del surgimiento del COVID- 19 y de las consecuencias que produjeron Eta e Iota. Atizar el resentimiento se ha convertido en la estrategia opositora, pero tiene límites y se puede contrarrestar. Y retorcerlo es el desafío apremiante.

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